Ya estamos todas de vuelta en el Colegio Mayor.
Ya terminó la Navidad. Atrás quedan los exámenes que nos ocuparon buena parte de las noticias y post en redes sociales antes del parón navideño.
Las colegialas están de vuelta en Madrid.
Dejan sus casas en sus respectivas ciudades y vuelven a desfilar con sus maletas por la puerta del Mara.
Decíamos «dejan sus casas», cosa que es cierta, pero al entrar en su Colegio Mayor, entran en su segunda casa.
Porque sus familias son insustituibles. Sus familias naturales, como sus amigas de toda la vida. Pero no queremos dejar de recalcar que un Colegio Mayor es algo personal, no impersonal. Para empezar, procuramos, de corazón, ofreceros un hogar lejos del original. Lejos y cerca al mismo tiempo. Con otras colegialas que pasarán a formar parte de tus amistades para toda la vida. Servicios que te ayudarán a hacer tu día a día más llevadero y cómodo. Con un equipo personal que se desvive por hacer de tu estancia algo entrañable. Y sobre todo, pues tal es nuestra función, ayudarte a centrarte en tus estudios, en tu carrera universitaria y en tu formación personal.
Por eso celebramos que se reanude el curso. Volvéis repletas de fuerzas y alegría. Y falta os harán, sobre todo las fuerzas, porque queda el tramo más largo y duro del curso. La alegría es innata en todas vosotras y es ésta en la parte que nosotras salimos reconfortadas. Hacemos nuestra vuestra alegría y esperamos que los estudios, las actividades en el Mara y vuestra formación personal vayan de la mano por lo que queda de curso y lo terminéis con una sonrisa en vuestros rostros.
Hemos seleccionado unas fotos de la nevada del curso pasado para ilustrar este artículo. No son de este curso, todavía no ha nevado, pero a nadie le extrañaría que terminara haciéndolo en breve. Mientras tanto combatiremos el frío invernal con el calor humano y espiritual que sumamos entre todas.