Una tertulia intensa y dura. De esas que supuran humanidad y dolor e invitan a la implicación ética.
En el transcurso de la tertulia explicamos que en el curso pasado celebramos un Torneo Solidario cuyos beneficios fueron destinados a un proyecto solidario en Nicaragua. En concreto a un comedor social que atiende diariamente a 70 personas entre niños, mujeres embarazadas, enfermos y ancianos. Con lo recaudado pudimos mantener abierto el comedor durante dos meses.
Hubo proyectos culminados, como el expuesto del comedor y otros que se truncaron. Explicamos que había cuatro colegialas prestas para partir rumbo a Nicaragua para hacer realidad su experiencia de voluntariado, pero no fue posible por las revueltas sociales.
Las hermanas que recibieron el donativo fueron quienes hablaron a las colegialas. Testigos en primera persona del ambiente hostil que asfixia a Nicaragua. Fueron portavoz y altavoz de las injusticias sociales que viven los habitantes de este bello y pequeño país centroamericano. Explicaron el papel de la juventud nicaragüense y contrapusieron su implicación universitaria frente a la fuerte represión policial.
La charla fue, como explicábamos al comienzo de este post: intensa. Muy dura.
Es complicado trasladar las penurias de quienes han de luchar por todo. Seres humanos que lo pueden perder todo, hasta la vida. Personas que no pueden dar nada por sentado puesto que cada día implica sufrimiento y lucha, sin saber cómo terminará.
De todo esto se habló en la tertulia sin perder de vista la importancia capital del proyecto de Comedor Popular.