Hace un año desde la publicación dedicada a la canonización de Santa Nazaria.
Un año y nuestra Santa está presente en nuestros pensamientos.
Presente en el Mara, presente en nuestros corazones y presente en los cuatro continentes en los que predicó su amor como mejor se puede predicar: mediante su ejemplo.
Ejemplo suyo y de todas las buenas personas que mantienen encendida la llama de su mensaje: «Bajar a la calle».
En su obra, Nazaria Ignacia prendió una llama que las Misioneras Cruzadas de la Iglesia mantienen encendida.
Anunciar a las personas que Dios les ama. Un anuncio que se hace efectivo con escuelas, comedores populares, casas de acogida, centros de promoción de la mujer, cooperativas de trabajo. Desde aquel tiempo, las Misioneras se han extendido a 19 países, en 4 continentes.
Santa Nazaria fue una luchadora en favor de la promoción de la mujer y supo anteponer los intereses de las mujeres a los propios. Supo sembrar su semilla de igualdad y dignidad allí por donde pasaba. Un mensaje que supo materializar, de nuevo mediante el ejemplo, creando instituciones que posibilitaran un futuro digno para todos aquéllos que se encontraban en situación de fragilidad.
Hace un año nos dimos cita en el Vaticano personas procedentes de los cuatro continentes.
Hermanos y hermanas que no nos conocíamos pero que en Santa Nazaria nos reconocíamos como tales. Fieles a su obra, a su mensaje y a su mensaje.
Un año hace ya de una cita en la que el Pontífice, S.S. Francisco I hizo una solemne proclamación santificando a la, hasta entonces beata Nazaria, reconociendo su obra y el calado de su espíritu, presente en todas nosotras.
Nazaria prendió una llama de amor y S.S. Francisco I reimpulsó su mensaje manteniendo y avivando su llama haciéndonos partícipes a todos de la obra de Santa Nazaria.
En este aniversario, se han vivido muchas celebraciones. Algunas en forma de concierto, otras de eucaristías, hubo conferencias… en el Colegio Mayor, hemos tenido una reunión para «Conocer a Nazaria Ignacia». Vivimos aquellos días llenas de gozo y júbilo. Hoy los revivimos haciendo nuestro su mensaje y bajando a la calle para predicar su amor.